Hace algunos días escuchaba por
una importante cadena radial colombiana como se regocijaban aquellos
periodistas al conocer la noticia de la posibilidad de que Colombia entrara a
hacer parte del grupo de las 20 economías más importantes del mundo, el
denominado G-20, se alegraban porque según ellos esta sería una vitrina
importante para Colombia, que después de
organizar con gran “éxito” la Cumbre de las Américas se ganó un sitial de honor
y respeto entre los países del hemisferio al haber cumplido con las
expectativas de tan magno evento, incluso habiendo escondido la miseria y
necesidades de la ciudad sede para albergar el mismo.
Ahora yo me pregunto, cómo un país que es capaz de
esconder ante el mundo su miseria, su necesidad, sus urgencias por dar una
mejor calidad de vida a sus ciudadanos puede aspirar a formar parte de las
economías más sobresalientes del planeta, cómo un país con los graves problemas
de igualdad social, salud, infraestructura pretende ingresar a tan selecto
club?, cómo un país que enfrenta aún graves problemas de corrupción malos
manejos y despilfarros por parte de
quienes manejan el poder puede mantener una economía sólida mientras miles de
colombianos viven en absoluta miseria, mendigando, sin un techo digno, sin un
trabajo estable, sin servicios de salud apropiados?.
Pienso que las prioridades de los
poderosos deberían ser otras, pienso que deberían preocuparse por el bienestar
de quienes en algún momento los eligieron para que trabajaran por el país
solucionando los graves problemas que lo aquejan, Colombia está en cuidados
intensivos, la guerra nos desangra , la
corrupción nos debilita, pero aun así seguimos haciendo lobby ante el mundo y
pretendiendo que aquí no pasa nada, soñando con que aquí ya somos potencia,
esperando que nuestra frágil salud de país mejore con el apoyo de los más ricos
del globo ilusionados con hacer parte de un club selecto en donde las
decisiones se toman por nosotros, por el pueblo que día a día lucha por dar a
nuestros niños un futuro mejor, una economía sólida, una economía sostenible no
una simple economía de papel.
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